Testimonio de Mar, madre de Alex

A la edad de 2 años diagnosticaron un autismo severo a nuestro hijo Àlex. El primer contacto con el Centre L’ALBA, fue en el año 2000, cuando cumplía tres años y se tenía que escolarizar. Nosotros no ubicábamos a nuestro hijo en un colegio ordinario, ya que pensábamos que se individualizaría más. En una conversación con el director del centro de atención precoz en el que era tratado, nos recomendaron dos centros específicos, que eran mejores en atención clínica i educativa en casos de autismo. Pedimos las correspondientes reuniones y el primero en darnos cita fue el Centre L’ALBA, y la impresión fue tan positiva, nos impactó tanto su forma de tratar y sentir el Autismo que decidimos matricularlo, sin hacer más comparaciones.

El Centre L’Alba, tiene el Centro de Día, donde se encuentran los niños más pequeños o los que no pueden acceder a la Unidad Médico Educativa, en la que cursan estudios los chicos mayores. Todo ello se hace siempre en combinación con su tratamiento clínico-psicoanalítico.

La dedicación, el esfuerzo y la profesionalidad de cada uno de los componentes del equipo clínico, educativo y directivo del centro se proyectan en unos increíbles resultados que avalan los propios chicos y chicas que asisten al centro.
En el primer trimestre de escolarización en el Centre L’ALBA, Álex experimentó grandes cambios muy positivos: empezó a hablar, a controlar esfínteres, a tener mejor humor, más atención, etc. Todo ello hizo posible su inclusión un día a la semana (después pasó a dos) en un colegio ordinario, con algunas ayudas y, siempre, con el referente de los profesionales educativos y clínicos de L’Alba.

Sin la ayuda del equipo de este centro, Álex no sería hoy el chico que es. A lo largo de toda su educación ha conseguido, entre otras muchas cosas: leer con comprensión lectora, aprender las cuatro reglas matemáticas, tener curiosidad por las cosas que le rodean, ser un gran aficionado a los deportes en general, pero sobre todo a las motos GP, la Fórmula 1 y Pressing Catch. Àlex es muy competitivo, pero sobre todo, y lo más importante, es un chico feliz y con una gran personalidad.

Creemos que la trayectoria de Àlex ha sido abismal y con una evolución siempre positiva, gracias a la familia, al centro educativo y lo más importante su tratamiento clínico. Alex siempre ha sido y es tratado por la psicoanalista Elizabeth Escayola y nunca ha necesitado ninguna otra atención clínica externa a la que recibe por parte de ella en el mismo centro, ni tampoco nunca ha tenido que medicarse.